El rol del Directorio de una empresa en materia de prevención de delitos es crucial para asegurar que la organización cumpla con la normativa legal y resguarde un ambiente de integridad y ética.
Entre las responsabilidades centrales del Directorio destacan especialmente el fomento de una cultura ética; la dictación de políticas; la provisión de recursos y autonomía; y la supervisión y control.
Promover un ambiente corporativo que valore la ética y la legalidad es sin duda una labor preferente del Directorio, que debe establecer una adecuada cultura de cumplimiento que resguarde, como un valor fundamental de la organización, el que las actuaciones de los colaboradores y trabajadores se ajusten siempre al ordenamiento jurídico.
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